Los bancos te dan un paraguas en verano y te lo quitan en invierno

Esta frase me la dijo un familiar en una cena y resume perfectamente la sensación que tengo en mi relación con los bancos, curiosamente mi familiar es directivo en un gran banco español…

Hace un par de dias recibí en la oficina una carta de uno de los bancos con los que trabajamos, confirmando que concedían a la empresa un crédito de algunos miles de euros (era un crédito preconcedido que nosotros no habíamos pedido). Me acordé de la frase de mi familiar porque unos meses antes el mismo banco nos denegó una tarjeta de crédito.

Otra de las sensaciones que tengo es que los bancos nunca pierden (por supuesto también incluyo a las cajas de ahorro). Cuando las cosas van bien, generan beneficios millonarios con los diferenciales de tipos, las comisiones, etc, pero cuando van mal los gobiernos los rescatan (los rescatamos entre todos). Con esto no quiero decir que no haya que rescatarlos, creo que las consecuencias de no hacerlo serían terribles para todos, pero habría que hacerlo en determinadas condiciones.

Por un lado, deben habilitarse mecanismos para que banco rescatado, una vez esté saneado, devuelva el dinero con un alto tipo de interés (como mínimo tan alto como el abusivo tipo que nos cobran a las pequeñas y medianas empresas por una póliza de crédito). En Estados Unidos el gobierno (e indirectamente los contribuyentes) ha obtenido una atractiva rentabilidad en los rescates una vez se han devuelto los fondos inyectados con sus correspondientes intereses.

Por otro lado, los altos directivos y consejeros de los bancos y cajas rescatados deberían ajustar sus salarios, bonus, planes de pensiones y demás retribuciones a la situación de «empresa en quiebra», es decir, al mínimo. Y lo que es más importante, no deberían cobrar esas millonarias indemnizaciones a costa del dinero de todos.

Soy un firme defensor de la libre economía de mercado y me parece muy bien que los altos directivos de los mercados financieros cobren sueldos millonarios, si su buen hacer y sus decisiones generan también millonarios beneficios. Es una forma de captar y retener el talento y por tanto generar riqueza. Sin embargo, dado la influencia que tienen los mercados financieros en la economía, no se puede permitir que «la fiesta» la paguemos los contribuyentes mientras los que han tomado malas decisiones de alto riesgo, con una ambición desmedida, se vayan a casa con las manos llenas.

No sólo es de justicia que se apliquen estas condiciones, además, será disuasorio para que los directivos, y los accionistas que los nombran, no asuman estos riesgos excesivos que pongan en peligro la estabilidad del mercado financiero y de la economía de los países.

Anuncio publicitario

Errores que cometí emprendiendo: ¿Qué pasa si mi negocio va mal?

Continúo la serie «Errores que cometí emprendiendo» con este nuevo post sobre un tema que a veces es complejo detectar y otras veces se obvia: las barreras de salida. Muchas veces, cuando estamos iniciando un proyecto, estamos muy ilusionados y tendemos a subestimar las consecuencias de que el negocio salga mal, no sólo en lo referente a la pérdida de la inversión, sino también en el coste de «salir del negocio». Se entenderá perfectamente con el la caso que os explico a continuación.

En mi último negocio de retail he tenido que enfrentarme a situaciones muy difíciles derivadas de la profunda crisis, pero también ocasionadas por errores cometidos en el pasado. Uno de los más relevantes fue no identificar las barreras de salida cuando alquilamos algunos de los locales en los que abrimos tiendas para expandir nuestra cadena.

Era el año 2007, acabábamos de cerrar una ronda de financiación con un fondo de capital riesgo, y teníamos presión para abrir nuevas tiendas. Estábamos en el punto alto del ciclo inmobiliario y los locales buenos eran escasos y con alquileres muy altos. No tuvimos más opción que firmar algún contrato con periodos de obligado cumplimiento (5 años) o penalizaciones fuertes si dejábamos el local antes de finalizar dicho periodo, cláusulas que hoy en día serían impensables. Eran locales buenos y en aquel momento las cosas marchaban bien con un entorno económico favorable y nuestras ventas creciendo.

En poco tiempo comenzó la crisis que todavía hoy sigue castigando nuestra economía. Algunas de estas tiendas no arrancaron bien y otras comenzaron a perder ventas provocando fuertes pérdidas en la compañía. No sólo no pudimos cerrarlas sino que fue imposible renegociar los alquileres para adecuarlos a la nueva situación, y así permitir la viabilidad de los puntos de venta (lógicamente los propietarios no tenían necesidad de negociar el alquiler debido a estas cláusulas). Esta situación consumió la caja que debía dedicarse al crecimiento y puso a la compañía en una situación crítica.

Es verdad que en aquel momento era difícil prever una crisis tan profunda y que a posteriori todo se ve más claro, pero si hubiera analizado bien lo que supondría que una de estas tiendas no funcionara, jamás habría firmado esos contratos. Hay que analizar y cuantificar las barreras de salida del negocio. Antes de tomar decisiones importantes conviene realizar un análisis de sensibilidad con escenarios negativos para analizar las consecuencias. Recientemente hemos oído hablar mucho de los «tests de estrés», asegúrate de hacer hipótesis pesimistas antes de tomar decisiones clave y si finalmente sigues adelante, ten un buen plan de contingencia por si se cumplen los escenarios más negativos.

Como siempre, espero que os resulten útiles estas reflexiones y os animo a compartir vuestras experiencias en los comentarios del blog. Otros emprendedores lo agradecerán.

Podéis encontrar más post similares en la sección Errores que cometí emprendiendo.

Nunca montes negocios con amigos ni familiares

Esta frase la hemos oído todos en numerosas ocasiones y mucha gente defiende esta idea. No sólo no estoy de acuerdo con ella, pienso que tiene muchas ventajas tener socios amigos o familiares, aunque siempre con matices, no cualquier amigo o familiar es válido.

Para empezar ¿Qué sería de las startups sin los friends&family que financian sus inicios? ¿Qué sería del tejido empresarial sin las miles de empresas familiares que generan riqueza y empleo?

He emprendido con todo tipo de socios (amigos, conocidos, familiares, personas que no conocía previamente…) y puedo decir por propia experiencia que tener de socio a un amigo o familiar tiene muchas ventajas. Os resumo algunas de ellas y también algunas recomendaciones para evitar conflictos que puedan afectar a la relación personal.

La primera ventaja y más evidente es la confianza, que es vital para que alguien invierta en un negocio. Es una de las principales barreras para arriesgar dinero en el proyecto de otro y… ¿En quién vas a confiar más que en un amigo o familiar?

Es importante informar en un principio sobre los riesgos de este tipo de proyectos. Esto puede dificultar la obtención de financiación pero es mejor que todo el mundo tenga claro que puede perder su dinero y evitar en un futuro situaciones desagradables que perjudiquen tu relación familiar o de amistad.

Otro aspecto importante a la hora de elegir socios es asegurarse de que hay compatibilidad, compartir las bases de lo que es un negocio, los objetivos, etc. Siempre digo que asociarte con alguien en una aventura empresarial es casi como un matrimonio, hay que conocerse bien y saber qué esperar del emprendedor y qué esperar del inversor. Mientras más conozcas a tus socios más fácil será anticipar si habrá compatibilidad.

No vale cualquier amigo/familiar, hay que seleccionar aquellos con los que podamos encajar en este tipo de matrimonio y que sepan separar bien el negocio de la relación personal. Cuando se entra en una reunión del negocio, somos socios y no amigos, cuando se sale de la reunión somos amigos y no socios.

Otra ventaja de tener socios familiares o amigos es que van a entender mejor al emprendedor en situaciones complejas y serán más pacientes en la obtención de resultados. Esto no hay que confundirlo con un «colegueo» mal entendido que puede hacer mucho daño al negocio si se mezclan sentimientos. A veces hay que tomar decisiones difíciles y ser frío para evitar que las situaciones se agraven.

Hay que gestionar la relación con los socios de formar profesional. Es recomendable tener un consejo y si puede haber algún consejero «independiente», mejor que mejor. En negocios pequeños o startups quizás no tenga sentido tener este tipo de órgano de administración pero se puede sustituir por un comité de socios informal que se reúna periódicamente para hacer seguimiento del proyecto, ayudar al emprendedor en la toma de decisiones importantes y por supuesto darle apoyo moral, que en las primeras fases de un negocio es muy importante.

Por otro lado, hay que mantener a los socios permanentemente informados de la evolución del proyecto. Además de las reuniones periódicas es recomendable elaborar un «reporting» mensual o trimestral con las principales cifras. Puede parecer que esto quita tiempo al emprendedor pero en mi opinión, establecer esta rutina obliga a hacer un parón en el camino de forma periódica para analizar cómo marchan las cosas.

Por último y muy importante, es necesario redactar unos buenos estatutos o pacto de socios donde se establezcan las reglas del juego (especialmente en lo relativo a la toma de decisiones) y se prevean soluciones para situaciones futuras que puedan suceder (por ejemplo la salida de algún socio del negocio).

Sean amigos, familiares, conocidos o desconocidos, lo que hay que tener claro es que hay que «gestionar» a los socios y esto es una parte de la tarea del emprendedor que implica cierta dedicación. Si crees que no vas a tener tiempo o capacidad para hacerlo es mejor emprender solo porque de otra manera tendrás un problema en casa tarde o temprano.

Si tuviera que resumir todo esto en una sola recomendación, sin duda sería que elijas bien a tus socios familiares o amigos. Como he dicho antes, no todo el mundo es capaz de separar la relación personal de la relación de socio.

Errores que cometí emprendiendo: ¿Dónde está el líder?

Continuando con la serie de post sobre errores que cometí emprendiendo, en este nuevo artículo quiero compartir una experiencia relacionada con el trabajo colaborativo y el liderazgo.

Hace años me uní a un grupo de socios para poner en marcha un outlet de electrodomésticos con la idea de montar un piloto y posteriormente expandir el modelo, creando una cadena de puntos de venta. El promotor del proyecto pensó que era buena idea formar un grupo de socios en el que cada uno colaborara en algún área o tarea.

El inicio fue muy bien y con las ganas e ilusión conseguimos ponerlo en marcha y durante unos meses la evolución del negocio fue muy buena. Con el tiempo las responsabilidades se fueron diluyendo porque todos teníamos nuestros negocios o trabajos y empezaron los problemas de coordinación y falta de dedicación en determinadas áreas de gestión. Se decidió dar mayor responsabilidad a la persona que estaba en tienda pero seguía habiendo áreas clave del negocio que no tenían la dedicación suficiente por parte de los socios (compras, finanzas, marketing, etc). Las tensiones afloraron y el negocio empezó a deteriorarse como consecuencia de la situación.

Finalmente el negocio se vendió pero ya estaba muy dañado y la crisis inmobiliaria acabó con él, pero la historia pudo ser diferente si se hubiera gestionado de otra forma. Todo negocio necesita un líder con compromiso y dedicación, que empuje, coordine, gestione y tome decisiones.

Los modelos de cooperación son muy atractivos en el papel pero es muy difícil que funcionen en la realidad. Los equipos de trabajo son el motor de los buenos proyectos pero es imprescindible que un líder coordine y dirija al equipo.

De nuevo os animo a compartir vuestras experiencias, otros emprendedores lo agradecerán. No hace falta dar detalles sobre vosotros o vuestras empresas si no queréis, pero sin duda sería muy útil para todos los que iniamos negocios poder generar una cadena de comentarios recopilando estas experiencias. Y si no tenéis casos de este tipo para compartir, podéis hacerlo llegar a otros emprendedores, mucha gente que está empenzado os lo agradecerá.

Errores que cometí emprendiendo: planifica o muere

Creo que todos los que leáis este artículo estaréis de acuerdo en que se aprende más de los errores que de los aciertos, así que voy a comenzar una serie de posts para compartir algunas de las cosas que nunca haría de nuevo o que haría de otra forma en las startups en las que he participado.

Estos posts son un poco especiales porque pretendo que sean interactivos. Me gustaría que otros emprendedores colaboréis incluyendo en los comentarios errores que hayáis cometido en vuestros negocios que puedan servir a otros. No hace falta dar detalles sobre vosotros o vuestras empresas si no queréis, pero sin duda sería muy útil para todos los que iniamos negocios poder generar una cadena de comentarios recopilando estas experiencias. Y si no tenéis experiencias de este tipo para compartir, podéis hacerlo llegar a otros emprendedores, mucha gente que está empenzado os lo agradecerá.

Empezaré por uno de los primeros negocios que fundé junto a un socio y buen amigo. Éramos recién licenciados y trabajábamos en una multinacional farmaceútica pero ya nos picaba el gusanillo emprendedor así que decidimos crear «En guardia». Era un pequeño folleto con el calendario de farmacias de guardia de la zona, consejos de salud y publicidad de negocios locales relacionados con temas sanitarios (clínicas, consultas médicas, etc). Este folleto se distribuía gratuitamente en las farmacias y con los ingresos de publicidad podíamos financiar la impresión y generar algunos beneficios.

Creamos una pequeña red comercial de estudiantes, jubilados y todo tipo de personajes que trabajaban a comisión, y vendedimos los primeros anuncios (algún comercial desapareció y nunca volvimos a saber de él…). Diseñamos el folleto con la ayuda de la novia de mi socio (hoy su mujer) e hicimos la impresión de las distintas versiones para las primeras zonas de Madrid.

Todo marchaba bien y en dos días nos entregaban los folletos cuando nos dimos cuenta que no habíamos contado con algo imprescindible: aunque no os lo creáis, no habíamos previsto cómo íbamos a distribuir los folletos en las farmacias. ¡Teníamos 20.000 folletos en casa de mi socio y no sabíamos como distribuirlos a las 150 farmacias de las zonas target! No teníamos mucho tiempo porque el calendario de las guardias era mensual y además, durante el día trabajábamos en la multinacional. Tuvimos que improvisar una red de familiares, amigos y conocidos que con sus coches partículares nos ayudaron en la distribución pero nos costó un dineral porque, aunque eran conocidos, la gente no trabaja por amor al arte. Para las siguientes tiradas organizamos un sistema de envío por correo pero parte de los escasos fondos que teníamos tuvimos que malgastarlos para salvar la improvisación.

En otra ocasión os contaré que pasó con el negocio, pero aprendimos una gran lección: es imprescindible planificar y definir las necesidades del futuro negocio. En mi post «Tira a la basura tu plan de negocio» hago incapié sobre la necesidad de analizar y prever todo lo relacionado con el proyecto.

Pronto continuaré con el siguiente artículo de la serie. Serán sólo una parte de los innumerables errores que uno comete emprendiendo pero voy a destacar aquellos que tienen un impacto fuerte en la viabilidad del negocio y de los cuales he sacado un claro aprendizaje. Os animo a compartir vuestras experiencias, otros emprendedores lo agradecerán.

Tira a la basura tu plan de negocio

El título de este post es lo que me vino a la cabeza al leer el artículo Muerte al «Business plan» de Marc Vidal  hablando de su encuentro con Jack Welch. El considerado mejor CEO del siglo XX sostiene que el plan de negocio es una herramienta inútil y que las ideas geniales no existen. Según el, todo está inventado y lo fascinante es la combinación eficiente de los factores. Pone el énfasis en buscar soluciones para grandes problemas y alude al caso de Steve Jobs cuando revolucionó la industria de la música con iTunes rompiendo la cadena de valor tradicional al ofrecer canciones a 99 centavos de dólar. En su opinión, este gran genio habría alcanzado el éxito en cualquier caso independientemente del camino que hubiera seguido, por que tarde o temprano hubiera dado con la mejor opción, Steve Jobs lo hubiera logrado porque había elegido bien el problema, no necesitaba un plan de negocio.

Coincido con algunas ideas de Jack Welch pero creo que no siempre es necesario solucionar un gran problema/necesidad o esta no es evidente. Es una de las cosas que comento en el post «Como generar ideas para nuevos negocios», en el que pongo como ejemplo el caso de twitter.

Pero sobretodo, en lo que discrepo humildemente con este gran genio de la gestión empresarial, es en la defensa del plan de negocio. Creo que es una de las herramientas más útiles para enfrentarte a un nuevo proyecto.

Para empezar, muchos proyectos no hubieran visto la luz y no hubieran hecho perder dinero y tiempo al emprendedor si se hubiera hecho un buen plan de negocio previamente. Se hubieran detectado mercados demasiado pequeños, barreras de entrada insalvables, recursos necesarios o equipo humano insuficiente, demanda inexistente, competidores con mejores productos o servicios o cualquier otro factor que haga inviable tu proyecto a priori.

Dicho esto, un buen plan de negocio no asegura el éxito pero ayuda a convertir una idea en un buen proyecto. El éxito no se alcanza hasta que no se demuestra en la práctica, pero una hoja de ruta te ahorrará tiempo y dinero para llegar donde quieres. Si vas de turismo a un lugar desconocido, ¿No utilizarías un mapa para llegar? ¿No planificarías los sitios que vas a visitar y los restaurantes donde ir? ¿No miras la previsión del tiempo para saber que tipo de ropa llevar? Hay gente que prefiere lanzarse a la aventura y disfrutar del factor sorpresa pero yo no aplicaría esto a los negocios.

Sin embargo, mi idea del plan de negocio es distinta a lo que a veces veo a mí alrededor. Muchos emprendedores lo ven como un documento que hay que rellenar y que les ayuda a poner en orden sus ideas. Para mí va mucho más allá, y se puede hacer un trabajo mucho más productivo y útil:

1. El plan de negocio no es un documento, es un proceso.

Puedes llamarlo hoja de ruta, plan de acción o de cualquier otra manera, puedes usar una estructura u otra, un formato u otro, pero lo importante es que de verdad sea útil. El documento es el resultado de un trabajo enfocado a conocer mejor tu mercado y competidores, poner a prueba tus hipótesis, cuantificar el potencial de negocio y definir lo que necesitas para obtener tus objetivos. Dedica poco tiempo a escribirlo y mucho tiempo al proceso. Analizar, investiga, reflexiona, define y avanza en construir un plan potente y no pierdas mucho tiempo en hacer el documento más bonito o mejor escrito. En el caso de que sea un plan de negocio para un inversor es diferente y hay que cuidar más estos aspectos «estéticos» pero de eso hablaremos en otro artículo.

2. ¡Sal de la oficina!

Internet ha revolucionado la forma de buscar información y además gran parte de los nuevos negocios tienen una base digital, pudiendo hacer casi todo desde un ordenador. Sin embargo, hay algo fundamental que no puedes hacer desde tu ordenador que es el contacto con las personas. El «excel» lo aguanta todo pero es vital contrastar tus ideas con otras personas y obtener información de primera mano de gente cualificada o experta en tu sector. El trabajo de campo es el más productivo y permíteme un consejo: no tengas miedo en compartir tus ideas, salvo que tengas la fórmula de la coca cola. Lo importante no es tanto la idea, es como la ejecutas. En esto estoy un poco de acuerdo con el mensaje de Jack Welch pero desgraciadamente no somos Steve Jobs y nos viene bien tener un buen plan.

3. El plan de negocio debe estar vivo.

Hay que tener una hoja de ruta clara y trabajada con objetivos y estrategias muy definidas. Hay que perseverar al iniciar el proyecto y tener algo de paciencia para obtener resultados pero llega un punto en el que quizás los resultados no lleguen y es el momento de revisar el plan y modificar tu hoja de ruta. Grandes negocios han alcanzado el éxito dando un giro al proyecto inicial. En el proceso de ejecución vas conociendo aspectos que no habías tenido en cuenta pero también descubres nuevas oportunidades que pueden llevarte a un negocio todavía mejor. Tenemos el ejemplo de Fab.com que nació como red social para la comunidad gay en 2011 y dio un giro para transformarse en la mayor tienda de diseño del mundo actualmente, con 12 millones de miembros en 26 países. Os recomiendo este interesante artículo donde se analiza precisamente cuando dar un giro a tu proyecto con el ejemplo de Fab.com y otras start-ups. Esta idea refuerza el argumento de Jack Welch pero en mi opinión es mejor tener un buen plan inicial y luego dar un giro que no tenerlo.

4. Intenta testar todo lo que puedas.

Merece la pena dedicar pequeños recursos al principio para testar tu producto o servicio antes de meterte en una inversión mayor. No sólo te puede ayudar a evitar tirar dinero a la basura si finalmente tu producto/servicio no tiene demanda, sobretodo, te ayudará a mejorarlo e incluso descubrir nuevas oportunidades. No hay nada más útil que escuchar la opinión de un potencial cliente o usuario sobre tu prototipo de producto/servicio, aunque a veces duela…

5. ¿Qué debe contener el plan?

Aquello que te resulte verdaderamente útil para el proyecto. Si coges un esquema estándar de plan de negocio no tienes porqué seguirlo al pie de la letra y si hay apartados que no tienen sentido en tu proyecto no le dediques ni un minuto. Debes contestar a aquellas preguntas generales para cualquier negocio y a otras concretas para tu proyecto. Algunas de las generales son:

– ¿Mi mercado potencial tiene un tamaño suficientemente para ser atractivo?

– ¿Quienes son mis competidores y que posición ocupan en el mercado?

– ¿Mi producto/servicio puede mejorar el de mis competidores?

– ¿Cómo es mi cliente, donde lo encuentro y como llego a el?

– ¿Qué equipo humano / habilidades necesito en cada fase del proyecto?

– ¿Que recursos económicos me harán falta hasta llegar a break-even y cómo los voy a obtener?

Todo esto y muchas más cuestiones hay que definirlas y lo más importante, hay que cuantificarlas. En otro post trataré sobre esto y distintos métodos para elaborar las estimaciones de mercado y proyecciones financieras.

¿Por qué a mi peluquera le va bien su negocio?

La semana pasada me llevé una alegría cuando fui a cortarme el pelo y me contó mi peluquera que le iba muy bien. Después de tantos meses escuchando malas noticias a mí alrededor sobre negocios que cierran o gente que pierde su trabajo, fue como un soplo de aire fresco.

Mi peluquera se llama Loli y cogió el traspaso de la peluquería hace unos meses cuando Manolo, el peluquero anterior, se jubiló. Está trabajando duro para prosperar y de hecho ha contratado a una persona que le ayuda de jueves a sábado por que no da abasto esos días. Me comentó muy orgullosa que esperaba poder contratarla todos los días de la semana.

Le tiré un poco de la lengua y me llamo la atención lo que me contó porque siendo un pequeño negocio estaba haciendo cosas que me parecieron muy interesantes. Son sencillas estrategias y acciones que se pueden aplicar a cualquier negocio independientemente de su sector o tamaño, así que las he aprovechado para escribrir este post con algunas ideas para luchar contra la crisis.

1. Orientación al cliente.

A todos se nos llena la boca hablando de como nuestros negocios o estrategias están orientadas al cliente pero muchas veces son meros titulares de una presentación de comité de negocio o algo que repetimos por inercia. Me contó Loli que el anterior peluquero cerraba al medio día así que continuó con el mismo horario, pero rápidamente se dio cuenta que muchos clientes que llamaban para pedir hora tenían problemas con los horarios, y se le acumulaba el trabajo a última hora de la tarde. Decidió ampliar el horario y no cerrar a la hora de comer y le ha funcionado bien captando nuevos clientes que no tienen flexibilidad horaria en sus trabajo. Para ella es un esfuerzo enorme porque tiene que comer algo rápido en la propia peluquería pero esto es una auténtica estrategia de orientación a las necesidades del cliente.

Busca en tu negocio cuales son las necesidades reales de tu cliente e intenta satisfacerlas sin tomar atajos, aunque sea complicado y haya que cambiar los procesos de la empresa.

2. Si tu mercado cambia hay que adaptarse.

La peluquería de Loli es fundamentalmente de caballeros aunque también estaba empezando a captar «clientas». Me contó que el negocio de peluquería masculina es más estable porque el corte de pelo es barato y es algo en lo que normalmente no se ahorra. Sin embargo, el segmento de peluquería femenina sufre más en las crisis porque es más caro (peinado, corte, tinte, mechas…) y las señoras tienden a disminuir la frecuencia y el gasto. Ella no entiende como la mayoría de peluquerías de señora de su zona no se han reinventado para convertirse en peluquerías unisex, y así poder compensar la pérdida de negocio de clientas con la captación de nuevos clientes masculinos.

3. Las crisis también traen oportunidades… si las sabes aprovechar.

Una de las peluquerías de su zona no pudo o no supo adaptarse y tuvo que cerrar. Loli se enteró unas semanas antes por que mantiene buena relación con las «fuerzas vivas» del barrio así que fue a ver a la peluquera y le propuso un trato que no pudo rechazar. Le ofreció una comisión por cada clienta que fuera a su peluquería una vez que cerrara. Diseñó una tarjetitas con un descuento especial para el primer servicio de peluquería y la peluquera que iba a cerrar las entregó a todas sus clientas en las últimas semanas.

Me contó que le funcionó bien y por eso ahora empieza a tener también «clientas» que complementan su negocio de peluquería de caballero. La peluquera que cerró se llevó un dinerillo y pudo rentabilizar un poco su cartera de clientes además de solucionarles un problema.

4. Darle a tu producto o servicio un pequeño valor añadido no cuesta tanto.

Uno de los motivos por los que voy a esta peluquería (por supuesto porque está cerca de la oficina y me cortan bien el pelo) es por el guante vibrador. Ya se lo que estáis pensando, suena fatal, pero es una especie de guante que vibra para hacer masajes en la cabeza después de cortarte el pelo. Son uno o dos minutos en los que te olvidas de todo y entras en una especie de trance. Ya se lo que estaréis pensando pero si además de cortarte el pelo razonablemente bien, te dan este masajito con el guante «mágico» por el mismo precio, os aseguro que os cortariais el pelo todas las semanas.

Hay muchos ejemplos de pequeños detalles que aportan valor añadido, como las piruletas que ponen en los juguetes en Imaginarium (a veces es lo que más ilusión hace a los niños) o las gasolineras en las que te limpian el parabrisas mientras te ponen la gasolina (ya quedan pocas).  Estos detalles no tienen un coste alto pero ayudan a fidelizar a los clientes.

Piensa como puedes aportar ese pequeño valor añadido a tu producto o servicio, será una de las inversiones más rentables que hagas.

Loli, tu si que vales!

Cómo transformar tus aficiones en negocios millonarios – Historias de éxito

Inicio con esta entrada una serie de posts de historias de éxito de startups. Creo que una de las cosas que más nos gustan a los emprendedores es conocer como otros emprendedores han desarrollado modelos de negocio existosos.

En el último post sobre como generar ideas sobre nuevos negocios mencioné las aficiones como una fuente muy interesante para inspirarte en la creación de un nuevo proyecto.

Os resumo un post publicado en entrepreneur.com titulado Entrepreneurs Who Turned Hobbies into Million-Dollar Businesses y que ha sido traducido y publicado en lincinews.com. En el que se incluyen 4 casos de éxito de personas inquietas que transformaron sus hobbies en interesantes negocios.

Kim Lavine comenzó a hacer cojines para microondas como regalo para los profesores de sus hijos en 2001, montándolos en la mesa de cocina de su casa en Grand Haven, Michigan, con un relleno de grano de maíz. Casi al mismo tiempo, su esposo perdió su trabajo, lo que le llevó a considerar transformar su pasatiempo en una fuente de ingresos.

Pasó de la venta de almohadas con su camioneta a los quioscos en centros comerciales y la creación de su compañía, Daisy Green, en 2002. En dos años, la almohada Wuvit de Lavine estaba en cadenas nacionales, incluyendo Saks Fifth Avenue, Macy y Bed Bath & Beyond, y en 2006, generó más de $1 millón en ventas.

Para determinar si tu afición puede convertirse en un negocio, Lavine recomienda que primero te preguntes: “¿Tienes un gran producto y se puede demostrar y probar su comercialización?” Esto podría parecer elemental, pero Lavine dice que demasiados emprendedores no tienen en cuenta esta cuestión.

Otros tres ejemplos de emprendedores que transformaron sus aficiones en empresas multimillonarias.

Terry Finley
Hobby: aficionado a las carreras de caballos
Negocios: Pura sangre West Point
Ingresos 2011: $6,5 millones

Cuando Terry Finley compró su primer caballo, Sunbelt, por US $5.000 en 1991, se sentía atrapado en su trabajo de venta de seguros de vida. Finley había estado apostando a los caballos durante años, pero nunca había realizado una inversión como ésta. Después que Sunbelt ganó su primera carrera ese año, Finley comenzó a poner pequeños anuncios en los periódicos de carreras y atrajo a un inversor que pagó 5.000 dólares por la propiedad parcial de Sunbelt. A los dos meses, se compró su segundo caballo, Zen Cal Jr., y continuó comprando más caballos.

Poco después, dejó su trabajo y fundó West Point Thoroughbreds. Hoy en día, tiene 55 caballos sindicados y cuenta con 550 inversores que se benefician cuando sus caballos ganan una carrera, tienen crías o se venden. Los ingresos han crecido de $2 millones en 2005 a US $6,5 millones al año durante los últimos tres años.

Craig Jenkins-Sutton
Hobby: Jardinería
Negocios: Topiarius
Ingresos 2011: $1,2 millones

Cuando Craig Jenkins-Sutton comenzó a diseñar jardines no tenía ningún entrenamiento formal en paisajismo, sólo un espíritu verde. Creció en una granja en el centro de Minnesota y siempre tuvo un amor por la jardinería.

Terminó trabajando para un servicio de jardinería, pero sabía que no quería trabajar para otra persona. En 2003, puso un pequeño anuncio en el periódico Chicago Tribune, ofreciendo sus servicios de diseño de jardines. En una semana, recibió 40 llamadas, pero sólo una se convirtió en un cliente. Fue suficiente para poner el negocio en marcha. Ese año fundó la empresa de diseño de jardines, Topiarius, en Chicago.

En 2010, comenzó a poner anuncios colgantes en las puertas de las casas de la gente y se dio cuenta de que era una buena táctica. Diez mil avisos de puertas produjeron entre 5 y 10 llamadas de clientes, obteniendo resultados mucho mejores que con cualquier otra promoción que había intentado. Como resultado, su negocio se duplicó en 2010, y los ingresos aumentaron el año pasado un 80% a US $1,2 millones.

Megan Duckett
Hobby: Costura
Negocios: Sew What? & Rent What?
Ingresos 2011: $6,2 millones

Cuando Megan Duckett se mudó a Los Angeles desde Australia hace 21 años, ella tenía 19 y tenía grandes sueños de trabajar en la industria del entretenimiento. Comenzó a trabajar con un planificador de eventos y en su tiempo libre cosía en la mesa de su cocina, haciendo ropa de cama, cortinas y trajes.

Cuando le solicitaron crear los forros interiores para 10 ataúdes de decoración de un evento de Halloween, Duckett asumió el reto. “Ese fue uno de los momentos clave que me hicieron darme cuenta de que tenía un conjunto de habilidades que otros no tienen”, dice ella.

En 1996, Duckett estaba ganando más dinero cosiendo que el salario de $45,000 de su trabajo de tiempo completo en la empresa de organización de eventos. Renunció y alquiló un almacén de 800 metros cuadrados, contrató a tres costureras y generó US $ 80.000 en ingresos el primer año.

Hace cuatro años, Duckett se diversificó ofreciendo la opción de alquilar cortinas y otros accesorios en lugar de comprarlos y para 2011 su compañía produjo $ 5 millones en ventas, además de los $ 1.2 millones generados por su segundo negocio Rent What? (Arrendar qué?). Hoy tiene 44 empleados en ambos negocios.

¿Crees que puedes transformar tu afición en un negocio? Antes de lanzarte te recomiendo que leas el post ¿Tienes un pequeño negocio o un gran hobbie? publicado también en entrepreneur.com.

Es cierto que por cada ejemplo de éxito hay cientos de casos anónimos de fracaso, pero el hecho de que tu idea de negocio se base en una afición incrementa notablemente tus probabilidades de éxito, porque vas a disfrutar mucho más en el proceso de creación y desarollo. Además, la pasión que se pone en un proyecto es un elemento diferencial y qué mejor que una afición o hobbie para asegurar este elemento diferencial.

Cómo generar ideas para nuevos negocios

Comienzo mi blog sobre temas de relacionados con temas de emprendimiento con lo primero que necesitas para comenzar un nuevo negocio: la idea.

Que conste que para mí la idea no tiene mucho valor en sí misma, todo el mundo tenemos ideas pero realmente adquieren valor cuando se ponen en práctica y sobre el modo en el que se ponen en práctica: la ejecución! Suscribo algo que dijo un inversor reconocido: prefiero una idea mediocre en manos de un gestor brillante que una idea brillante en manos de un gestor mediocre.

Constantemente escucho la frase «quiero montar algo pero no se me ocurre nada…». En muchos casos detrás de esta frase se esconde una falta de interés real en comenzar un negocio, pero otras veces realmente hay motivación pero faltan las ideas. Para estos casos quiero compartir con vosotros algunas propuestas para generar ideas de negocios:

1. Descubre necesidades no cubiertas.

Cuando no encuentres un servicio o producto que necesites o algo que utilizas no funciona bien piensa que puede haber una oportunidad de negocio. Una de las primeras cosas que le pregunta un inversor a un emprendedor es ¿Qué problema resuelve su idea de negocio?

Es cierto que muchos negocios existosos como facebook o twitter no resuelven aparentemente un problema pero quizás han creado una necesidad no cubierta (en este caso relacionada con la comunicación con otras personas).

2. Explora tus aficiones y las cosas que te gustan.

La pasión es muy importante en el lanzamiento y desarrollo de un nuevo negocio y si está relacionado con algo que te apasiona tendrás mucho ganado. Es más fácil encontrar buenas ideas explorando las cosas que te gustan porque los conoces bien. Hay muchos ejemplos de negocios de éxito que se basan en las aficiones de sus promotores (blogs de tendencias escritos por apasionadas de la moda, tiendas online de artículos y temas deportivos desarrolladas por aficionados a la escalada y la montaña o restaurantes que han montado amantes de la cocina).

3. Explora el sector o sectores en los que has trabajado.

Es más fácil encontrar ineficiencias, necesidades no cubiertas o problemas no resueltos en nuestro entorno de trabajo. Además, desarrollar un proyecto de éxito en sectores que se conocen en profundidad es más fácil que competir en sectores en los que no se tiene experiencia. Por último, los contactos suelen ser importantes en el inicio de un negocio, en tu sector no tienes que desarrollarlos, ya los tienes.

4. Toma contacto con el mundo emprendedor.

Hay cientos de revistas, blogs y webs sobre emprendedores y nuevos negocios. Acude a charlas relacionadas con estos temas. Visita ferias, congresos y exposiciones sobre nuevas tendencias en los negocios. Habla con emprendedores. Todo esto es una fuente de inspiración que te ayudará a detectar oportunidades de negocio. A mí personalmente es de las cosas que más me inspiran para que fluyan las ideas, y ahora con twitter es muy fácil acceder a mucha información rápidamente, aunque hay que filtrar las fuentes para no emborracharse con demasiada información.

5. Descubre modelos de negocio existosos en otros países.

Hay gente que critica a los «clonadores» de negocios alegando que copiar negocios de éxito no tiene mérito y que no hay talento real en estos proyectos. En mi opinión, y siendo coherente con lo que he dicho al principio del post, lo importante es la ejecución de la idea. Por tanto, creo que es una forma muy interesante de desarrollar modelos de éxito que ya han triunfado en otros países. Pero cuidado: no todo lo que funciona en EEUU funciona en Europa o en España, aunque cada vez estamos en un mundo más global y los emprendedores con proyectos ambiciosos (especialmente negocios relacionados con internet) tienen que pensar en negocios globales.

6. No tienes por qué inventar la rueda.

Starbucks es una cafetería! Imaginarium es una juguetería! Muchas veces tratamos de encontrar ideas revolucionarias e innovadoras pero es más práctico desarrollar ideas que mejoran modelos de negocio o productos ya existentes. Que se lo digan al que inventó la fregona o el chupa-chups, fue cuestión de poner un palo… También es útil unir modelos de negocio que ya existían pero que al unirlos son explosivos, BuyVip y otros clubs de compra privada unieron de forma magistral el concepto de outlet con el comercio electrónico.

En cualquier caso, como me enseñó mi padre, lo importante es hacer algo mejor que el resto y si tu pasión es montar una carnicería puedes hacerlo con éxito si lo haces mejor que los demás.

7. Adopta una actitud abierta a los cambios y analízalos.

En todas las épocas se producen cambios que provocan el fin de algunos modelos de negocio y el inicio de otros. La revolución industrial es un buen ejemplo o la aparición de internet en la década de los 90. Las crisis económicas provocan profundos cambios en algunos sectores y el desarrollo tecnológico también.

La observación y el análisis de estos cambios te pueden dar pistas sobre nuevas oportunidades de negocio, especialmente en sectores que conozcas y que estén sufriendo una transformación.

Adopta una actitud abierta a los cambios, especialmente al utilizar las herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías. Nuevos modelos de negocio muy exitosos han surgido al calor de estas nuevas herramientas o tecnologías.

8. Pregúntate en qué eres bueno.

Análizate y piensa en tus habilidades. Muchas veces reflexionando sobre las cosas que se te dan bien puedes encontrar ideas de para iniciar un negocio.

9. No te desanimes si tu idea ya ha sido desarrollada por otro.

En muchos casos, cuando creo que tengo una brillante idea y la investigo, me doy cuenta de que ya existe. Cuando ocurre con frecuencia te desanimas y genera cierta frustación hasta que te das cuenta que el hecho de que ya exista significa que tu idea era buena, y anima mucho a seguir buscando tu oportunidad de negocio. No todo está inventado, eso es sólo una excusa para los que no quieren emprender.

10. Busca nichos de negocio.

Es más fácil encontrar oportunidades en sectores nicho o especializados. Suele haber menos competencia y más oportunidades para aplicar modelos de éxito que han funcionado en sectores más generalistas.

El único inconveniente es que se necesita conocer el nicho en cuestión pero puedes centrarte en aquellos relacionados con tus aficiones y gustos o en aquellos en los que has trabajado tal y como he comentado anteriormente.

Y por último un consejo: cada vez que se te ocurra algo apúntalo en tu lista de ideas de negocios (es útil llevarla en el móvil). Puedes no estar muy convencido, puede que te parezca compleja o puede que sea muy simple, pero con el tiempo algunas ideas van tomando forma o evolucionan a nuevas ideas que acaban convirtíendose en negocios.