¿Cuando abandonar un negocio?

Normalmente los demás ven antes que tú la necesidad de cerrar el negocio. Tus socios, tus amigos, tu familia… lo ven claro pero tú sigues luchando por mil motivos: los empleados, los socios, el tiempo, dinero y esfuerzo invertido, las deudas, y sobre todo el miedo…

El miedo a reconocer el fracaso puede ser tu peor enemigo. Tus motivos para seguir suelen ser buenos pero esa bondad puede hacer la bola de nieve más grande y las consecuencias peores: más dinero perdido, más deuda, responsabilidades como administrador, etc.

Desgraciadamente no hay una respuesta clara a la pregunta. Abandonar demasiado pronto puede hacer perder oportunidades, casi ningún negocio de éxito se ha desarrollado sin dificultades y la perseverancia en una cualidad imprescindible del emprendedor. Abandonar demasiado tarde puede causar más daño a las partes involucradas y a ti mismo, limitando tus oportunidades futuras.

Hay muchos indicadores que te pueden dar pistas de que el momento ha llegado: el negocio no para de perder dinero, no hay tesorería, no disfrutas con lo que haces, tu cuerpo y mente se resienten, tu coste de oportunidad es muy alto.

Sin embargo, no hay métricas claras y normalmente hay algún indicador que te da esperanza. Suele ser como una gráfica de dientes de sierra, un dato malo, otro bueno, otro malo, muchos grises…, quizás lo importante es ver la tendencia aunque no es fácil alejarse lo suficiente para que aparezca.

Algunos consejos:

1. Ponte objetivos concretos a corto plazo y si no se cumplen cierra.

2. Analiza posibilidades para dar viabilidad al negocio aunque sea en manos de otro: vende todo o una parte o fusiona la empresa con un competidor.

3. Explora a tus empleados y proveedores: a veces ellos facilitarán la viabilidad bajando salarios a cambio de participación, financiado la deuda(proveedores) o quedándose con el negocio.

4. En caso de cerrar, haz las cosas bien. Si hay deuda y el negocio no puede pagarla inicia cuanto antes un concurso de acreedores. Muchas veces hay que invertir algo de dinero para finalizar la actividad, pero no hacerlo puede ocasionar riesgo en el patrimonio personal y a veces con un concurso se puede lograr la viabilidad del negocio.

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Tu idea de negocio no vale nada…

«Tu idea de negocio no vale nada sin una buena ejecución» es una frase dura pero con la experiencia adquirida en varias startups, cada vez me identifico más con ella.

Para empezar, muchas buenas ideas de negocio nunca se llevan a la práctica. Todos tenemos ideas (normalmente pensamos que son brillantes) pero nunca sabremos si de verdad lo son porque se quedan sin ejecutar. ¿Qué valor tiene una idea de negocio sin hacerla realidad?

Incluso, cuando te tomas un tiempo para investigar si tu proyecto tiene viabilidad, te das cuenta que tu innovadora idea ya está en el mercado. Esto es muy frustrante pero debe motivarte para seguir porque significa que tu idea por lo menos era buena. De hecho, mucha gente alcanza el éxito copiando modelos de negocio que han triunfado en otros países, lo cual demuestra que la ejecución es vital.

El hecho de llevar tu idea a la práctica tampoco la dota de valor (aunque sin este paso nunca se alcanza el éxito). La idea puede ser mala, llegar muy tarde o demasiado pronto, no ser válida para tu mercado o que la ejecutes mal. Dando una vuelta de tuerca, incluso puede ser una buena idea bien ejecutada pero fracasar porque alguien la ha ejecutado mejor.

Los filtros para alcanzar el éxito son numerosos, por eso es tan difícil alcanzarlo, pero con una buena ejecución se puede lograr que ideas mediocres se conviertan en negocios brillantes. En el mundillo emprendedor se habla mucho de «pivotar» el modelo de negocio, esto no es otra cosa que cambiar aspectos del negocio cuando cuando no se obtienen los resultados esperados. En muchos casos, la oportunidad no está donde pensábamos pero en la fase de desarrollo se identifican nuevas oportunidades afines que permiten crear un gran negocio

A pesar de este duro titular, si queréis un poco de inspiración para obtener ideas, podéis consultar mi post Cómo generar ideas para nuevos negocios.

Errores que cometí emprendiendo: el compromiso del equipo

Hoy quiero añadir un nuevo post a la serie «Errores que cometí emprendiendo» hablando de uno de los temas críticos en cualquier negocio: el equipo de personas.

En mi último negocio de retail aprendí cosas importantes sobre las personas, que son la parte más importante de los proyectos. En otra ocasión hablaremos de los socios (ha sido todo un lujo contar con ellos en el proyecto) pero ahora quiero compartir mi experiencia con el equipo de trabajo, las personas que han colaborado conmigo a desarrollar el proyecto.

Desde el inicio del negocio se ha buscado la motivación ofreciendo incentivos a todos los miembros del equipo independientemente de su nivel de responsabilidad y por supuesto siempre se ha tratado a los empleados como personas, no como piezas de una organización. Una de las cosas de las que presumíamos era el hecho de ofrecer contrato indefinido desde el primer día dando seguridad a todos los miembros de la organización para conseguir su compromiso con el proyecto.

Sin embargo, aunque no es políticamente correcto lo que voy a decir y puede parecer muy duro, con el paso de los años me he dado cuenta que ofrecer esta seguridad desde el primer día fue un error. Actualmente hay personas en la organización totalmente comprometidas con la empresa (algunas llevan muchos años) y desempeñan su trabajo con la máxima profesionalidad. Sin embargo, han pasado por la empresa otras personas que no tenían ningún tipo de compromiso o no poseían las competencias o habilidades necesarias para su puesto, aunque el primer culpable es uno mismo por no hacer una buena selección.

Otro de los errores que cometí es dar demasiadas oportunidades en situaciones en las que el desempeño o la actitud no eran los esperados. Por supuesto hay que dar tiempo y orientación a los empleados para que se adapten, para corregir errores o cambiar actitudes, pero cuando estas situaciones se prolongan demasiado en el tiempo se daña mucho al negocio. Además, tampoco es bueno para el empleado porque se generan situaciones de tensión y problemas de autoestima, que se pueden evitar si este mismo empleado trabajara en otra organización o puesto que encaje mejor con sus habilidades.

Mi conclusión es clara: los miembros de la organización deben demostrar su compromiso y su desempeño para obtener el compromiso de la empresa. Como decía el presidente de un conocido banco español, en las organizaciones debe haber cierto nivel de rotación y si no lo hay, algo falla.

Espero que os resulten útiles estas reflexiones, son sólo una parte de los innumerables errores que uno comete emprendiendo pero he querido destacar aquellos que tienen un impacto fuerte en la viabilidad del negocio y de los cuales he sacado un claro aprendizaje. Os animo a compartir vuestras experiencias (otros emprendedores lo agradecerán) y a leer más post similares en la sección Errores que cometí emprendiendo.

Errores que cometí emprendiendo: ¿Qué pasa si mi negocio va mal?

Continúo la serie «Errores que cometí emprendiendo» con este nuevo post sobre un tema que a veces es complejo detectar y otras veces se obvia: las barreras de salida. Muchas veces, cuando estamos iniciando un proyecto, estamos muy ilusionados y tendemos a subestimar las consecuencias de que el negocio salga mal, no sólo en lo referente a la pérdida de la inversión, sino también en el coste de «salir del negocio». Se entenderá perfectamente con el la caso que os explico a continuación.

En mi último negocio de retail he tenido que enfrentarme a situaciones muy difíciles derivadas de la profunda crisis, pero también ocasionadas por errores cometidos en el pasado. Uno de los más relevantes fue no identificar las barreras de salida cuando alquilamos algunos de los locales en los que abrimos tiendas para expandir nuestra cadena.

Era el año 2007, acabábamos de cerrar una ronda de financiación con un fondo de capital riesgo, y teníamos presión para abrir nuevas tiendas. Estábamos en el punto alto del ciclo inmobiliario y los locales buenos eran escasos y con alquileres muy altos. No tuvimos más opción que firmar algún contrato con periodos de obligado cumplimiento (5 años) o penalizaciones fuertes si dejábamos el local antes de finalizar dicho periodo, cláusulas que hoy en día serían impensables. Eran locales buenos y en aquel momento las cosas marchaban bien con un entorno económico favorable y nuestras ventas creciendo.

En poco tiempo comenzó la crisis que todavía hoy sigue castigando nuestra economía. Algunas de estas tiendas no arrancaron bien y otras comenzaron a perder ventas provocando fuertes pérdidas en la compañía. No sólo no pudimos cerrarlas sino que fue imposible renegociar los alquileres para adecuarlos a la nueva situación, y así permitir la viabilidad de los puntos de venta (lógicamente los propietarios no tenían necesidad de negociar el alquiler debido a estas cláusulas). Esta situación consumió la caja que debía dedicarse al crecimiento y puso a la compañía en una situación crítica.

Es verdad que en aquel momento era difícil prever una crisis tan profunda y que a posteriori todo se ve más claro, pero si hubiera analizado bien lo que supondría que una de estas tiendas no funcionara, jamás habría firmado esos contratos. Hay que analizar y cuantificar las barreras de salida del negocio. Antes de tomar decisiones importantes conviene realizar un análisis de sensibilidad con escenarios negativos para analizar las consecuencias. Recientemente hemos oído hablar mucho de los «tests de estrés», asegúrate de hacer hipótesis pesimistas antes de tomar decisiones clave y si finalmente sigues adelante, ten un buen plan de contingencia por si se cumplen los escenarios más negativos.

Como siempre, espero que os resulten útiles estas reflexiones y os animo a compartir vuestras experiencias en los comentarios del blog. Otros emprendedores lo agradecerán.

Podéis encontrar más post similares en la sección Errores que cometí emprendiendo.

Nunca montes negocios con amigos ni familiares

Esta frase la hemos oído todos en numerosas ocasiones y mucha gente defiende esta idea. No sólo no estoy de acuerdo con ella, pienso que tiene muchas ventajas tener socios amigos o familiares, aunque siempre con matices, no cualquier amigo o familiar es válido.

Para empezar ¿Qué sería de las startups sin los friends&family que financian sus inicios? ¿Qué sería del tejido empresarial sin las miles de empresas familiares que generan riqueza y empleo?

He emprendido con todo tipo de socios (amigos, conocidos, familiares, personas que no conocía previamente…) y puedo decir por propia experiencia que tener de socio a un amigo o familiar tiene muchas ventajas. Os resumo algunas de ellas y también algunas recomendaciones para evitar conflictos que puedan afectar a la relación personal.

La primera ventaja y más evidente es la confianza, que es vital para que alguien invierta en un negocio. Es una de las principales barreras para arriesgar dinero en el proyecto de otro y… ¿En quién vas a confiar más que en un amigo o familiar?

Es importante informar en un principio sobre los riesgos de este tipo de proyectos. Esto puede dificultar la obtención de financiación pero es mejor que todo el mundo tenga claro que puede perder su dinero y evitar en un futuro situaciones desagradables que perjudiquen tu relación familiar o de amistad.

Otro aspecto importante a la hora de elegir socios es asegurarse de que hay compatibilidad, compartir las bases de lo que es un negocio, los objetivos, etc. Siempre digo que asociarte con alguien en una aventura empresarial es casi como un matrimonio, hay que conocerse bien y saber qué esperar del emprendedor y qué esperar del inversor. Mientras más conozcas a tus socios más fácil será anticipar si habrá compatibilidad.

No vale cualquier amigo/familiar, hay que seleccionar aquellos con los que podamos encajar en este tipo de matrimonio y que sepan separar bien el negocio de la relación personal. Cuando se entra en una reunión del negocio, somos socios y no amigos, cuando se sale de la reunión somos amigos y no socios.

Otra ventaja de tener socios familiares o amigos es que van a entender mejor al emprendedor en situaciones complejas y serán más pacientes en la obtención de resultados. Esto no hay que confundirlo con un «colegueo» mal entendido que puede hacer mucho daño al negocio si se mezclan sentimientos. A veces hay que tomar decisiones difíciles y ser frío para evitar que las situaciones se agraven.

Hay que gestionar la relación con los socios de formar profesional. Es recomendable tener un consejo y si puede haber algún consejero «independiente», mejor que mejor. En negocios pequeños o startups quizás no tenga sentido tener este tipo de órgano de administración pero se puede sustituir por un comité de socios informal que se reúna periódicamente para hacer seguimiento del proyecto, ayudar al emprendedor en la toma de decisiones importantes y por supuesto darle apoyo moral, que en las primeras fases de un negocio es muy importante.

Por otro lado, hay que mantener a los socios permanentemente informados de la evolución del proyecto. Además de las reuniones periódicas es recomendable elaborar un «reporting» mensual o trimestral con las principales cifras. Puede parecer que esto quita tiempo al emprendedor pero en mi opinión, establecer esta rutina obliga a hacer un parón en el camino de forma periódica para analizar cómo marchan las cosas.

Por último y muy importante, es necesario redactar unos buenos estatutos o pacto de socios donde se establezcan las reglas del juego (especialmente en lo relativo a la toma de decisiones) y se prevean soluciones para situaciones futuras que puedan suceder (por ejemplo la salida de algún socio del negocio).

Sean amigos, familiares, conocidos o desconocidos, lo que hay que tener claro es que hay que «gestionar» a los socios y esto es una parte de la tarea del emprendedor que implica cierta dedicación. Si crees que no vas a tener tiempo o capacidad para hacerlo es mejor emprender solo porque de otra manera tendrás un problema en casa tarde o temprano.

Si tuviera que resumir todo esto en una sola recomendación, sin duda sería que elijas bien a tus socios familiares o amigos. Como he dicho antes, no todo el mundo es capaz de separar la relación personal de la relación de socio.

Errores que cometí emprendiendo: ¿Dónde está el líder?

Continuando con la serie de post sobre errores que cometí emprendiendo, en este nuevo artículo quiero compartir una experiencia relacionada con el trabajo colaborativo y el liderazgo.

Hace años me uní a un grupo de socios para poner en marcha un outlet de electrodomésticos con la idea de montar un piloto y posteriormente expandir el modelo, creando una cadena de puntos de venta. El promotor del proyecto pensó que era buena idea formar un grupo de socios en el que cada uno colaborara en algún área o tarea.

El inicio fue muy bien y con las ganas e ilusión conseguimos ponerlo en marcha y durante unos meses la evolución del negocio fue muy buena. Con el tiempo las responsabilidades se fueron diluyendo porque todos teníamos nuestros negocios o trabajos y empezaron los problemas de coordinación y falta de dedicación en determinadas áreas de gestión. Se decidió dar mayor responsabilidad a la persona que estaba en tienda pero seguía habiendo áreas clave del negocio que no tenían la dedicación suficiente por parte de los socios (compras, finanzas, marketing, etc). Las tensiones afloraron y el negocio empezó a deteriorarse como consecuencia de la situación.

Finalmente el negocio se vendió pero ya estaba muy dañado y la crisis inmobiliaria acabó con él, pero la historia pudo ser diferente si se hubiera gestionado de otra forma. Todo negocio necesita un líder con compromiso y dedicación, que empuje, coordine, gestione y tome decisiones.

Los modelos de cooperación son muy atractivos en el papel pero es muy difícil que funcionen en la realidad. Los equipos de trabajo son el motor de los buenos proyectos pero es imprescindible que un líder coordine y dirija al equipo.

De nuevo os animo a compartir vuestras experiencias, otros emprendedores lo agradecerán. No hace falta dar detalles sobre vosotros o vuestras empresas si no queréis, pero sin duda sería muy útil para todos los que iniamos negocios poder generar una cadena de comentarios recopilando estas experiencias. Y si no tenéis casos de este tipo para compartir, podéis hacerlo llegar a otros emprendedores, mucha gente que está empenzado os lo agradecerá.

Errores que cometí emprendiendo: planifica o muere

Creo que todos los que leáis este artículo estaréis de acuerdo en que se aprende más de los errores que de los aciertos, así que voy a comenzar una serie de posts para compartir algunas de las cosas que nunca haría de nuevo o que haría de otra forma en las startups en las que he participado.

Estos posts son un poco especiales porque pretendo que sean interactivos. Me gustaría que otros emprendedores colaboréis incluyendo en los comentarios errores que hayáis cometido en vuestros negocios que puedan servir a otros. No hace falta dar detalles sobre vosotros o vuestras empresas si no queréis, pero sin duda sería muy útil para todos los que iniamos negocios poder generar una cadena de comentarios recopilando estas experiencias. Y si no tenéis experiencias de este tipo para compartir, podéis hacerlo llegar a otros emprendedores, mucha gente que está empenzado os lo agradecerá.

Empezaré por uno de los primeros negocios que fundé junto a un socio y buen amigo. Éramos recién licenciados y trabajábamos en una multinacional farmaceútica pero ya nos picaba el gusanillo emprendedor así que decidimos crear «En guardia». Era un pequeño folleto con el calendario de farmacias de guardia de la zona, consejos de salud y publicidad de negocios locales relacionados con temas sanitarios (clínicas, consultas médicas, etc). Este folleto se distribuía gratuitamente en las farmacias y con los ingresos de publicidad podíamos financiar la impresión y generar algunos beneficios.

Creamos una pequeña red comercial de estudiantes, jubilados y todo tipo de personajes que trabajaban a comisión, y vendedimos los primeros anuncios (algún comercial desapareció y nunca volvimos a saber de él…). Diseñamos el folleto con la ayuda de la novia de mi socio (hoy su mujer) e hicimos la impresión de las distintas versiones para las primeras zonas de Madrid.

Todo marchaba bien y en dos días nos entregaban los folletos cuando nos dimos cuenta que no habíamos contado con algo imprescindible: aunque no os lo creáis, no habíamos previsto cómo íbamos a distribuir los folletos en las farmacias. ¡Teníamos 20.000 folletos en casa de mi socio y no sabíamos como distribuirlos a las 150 farmacias de las zonas target! No teníamos mucho tiempo porque el calendario de las guardias era mensual y además, durante el día trabajábamos en la multinacional. Tuvimos que improvisar una red de familiares, amigos y conocidos que con sus coches partículares nos ayudaron en la distribución pero nos costó un dineral porque, aunque eran conocidos, la gente no trabaja por amor al arte. Para las siguientes tiradas organizamos un sistema de envío por correo pero parte de los escasos fondos que teníamos tuvimos que malgastarlos para salvar la improvisación.

En otra ocasión os contaré que pasó con el negocio, pero aprendimos una gran lección: es imprescindible planificar y definir las necesidades del futuro negocio. En mi post «Tira a la basura tu plan de negocio» hago incapié sobre la necesidad de analizar y prever todo lo relacionado con el proyecto.

Pronto continuaré con el siguiente artículo de la serie. Serán sólo una parte de los innumerables errores que uno comete emprendiendo pero voy a destacar aquellos que tienen un impacto fuerte en la viabilidad del negocio y de los cuales he sacado un claro aprendizaje. Os animo a compartir vuestras experiencias, otros emprendedores lo agradecerán.

Cómo transformar tus aficiones en negocios millonarios – Historias de éxito

Inicio con esta entrada una serie de posts de historias de éxito de startups. Creo que una de las cosas que más nos gustan a los emprendedores es conocer como otros emprendedores han desarrollado modelos de negocio existosos.

En el último post sobre como generar ideas sobre nuevos negocios mencioné las aficiones como una fuente muy interesante para inspirarte en la creación de un nuevo proyecto.

Os resumo un post publicado en entrepreneur.com titulado Entrepreneurs Who Turned Hobbies into Million-Dollar Businesses y que ha sido traducido y publicado en lincinews.com. En el que se incluyen 4 casos de éxito de personas inquietas que transformaron sus hobbies en interesantes negocios.

Kim Lavine comenzó a hacer cojines para microondas como regalo para los profesores de sus hijos en 2001, montándolos en la mesa de cocina de su casa en Grand Haven, Michigan, con un relleno de grano de maíz. Casi al mismo tiempo, su esposo perdió su trabajo, lo que le llevó a considerar transformar su pasatiempo en una fuente de ingresos.

Pasó de la venta de almohadas con su camioneta a los quioscos en centros comerciales y la creación de su compañía, Daisy Green, en 2002. En dos años, la almohada Wuvit de Lavine estaba en cadenas nacionales, incluyendo Saks Fifth Avenue, Macy y Bed Bath & Beyond, y en 2006, generó más de $1 millón en ventas.

Para determinar si tu afición puede convertirse en un negocio, Lavine recomienda que primero te preguntes: “¿Tienes un gran producto y se puede demostrar y probar su comercialización?” Esto podría parecer elemental, pero Lavine dice que demasiados emprendedores no tienen en cuenta esta cuestión.

Otros tres ejemplos de emprendedores que transformaron sus aficiones en empresas multimillonarias.

Terry Finley
Hobby: aficionado a las carreras de caballos
Negocios: Pura sangre West Point
Ingresos 2011: $6,5 millones

Cuando Terry Finley compró su primer caballo, Sunbelt, por US $5.000 en 1991, se sentía atrapado en su trabajo de venta de seguros de vida. Finley había estado apostando a los caballos durante años, pero nunca había realizado una inversión como ésta. Después que Sunbelt ganó su primera carrera ese año, Finley comenzó a poner pequeños anuncios en los periódicos de carreras y atrajo a un inversor que pagó 5.000 dólares por la propiedad parcial de Sunbelt. A los dos meses, se compró su segundo caballo, Zen Cal Jr., y continuó comprando más caballos.

Poco después, dejó su trabajo y fundó West Point Thoroughbreds. Hoy en día, tiene 55 caballos sindicados y cuenta con 550 inversores que se benefician cuando sus caballos ganan una carrera, tienen crías o se venden. Los ingresos han crecido de $2 millones en 2005 a US $6,5 millones al año durante los últimos tres años.

Craig Jenkins-Sutton
Hobby: Jardinería
Negocios: Topiarius
Ingresos 2011: $1,2 millones

Cuando Craig Jenkins-Sutton comenzó a diseñar jardines no tenía ningún entrenamiento formal en paisajismo, sólo un espíritu verde. Creció en una granja en el centro de Minnesota y siempre tuvo un amor por la jardinería.

Terminó trabajando para un servicio de jardinería, pero sabía que no quería trabajar para otra persona. En 2003, puso un pequeño anuncio en el periódico Chicago Tribune, ofreciendo sus servicios de diseño de jardines. En una semana, recibió 40 llamadas, pero sólo una se convirtió en un cliente. Fue suficiente para poner el negocio en marcha. Ese año fundó la empresa de diseño de jardines, Topiarius, en Chicago.

En 2010, comenzó a poner anuncios colgantes en las puertas de las casas de la gente y se dio cuenta de que era una buena táctica. Diez mil avisos de puertas produjeron entre 5 y 10 llamadas de clientes, obteniendo resultados mucho mejores que con cualquier otra promoción que había intentado. Como resultado, su negocio se duplicó en 2010, y los ingresos aumentaron el año pasado un 80% a US $1,2 millones.

Megan Duckett
Hobby: Costura
Negocios: Sew What? & Rent What?
Ingresos 2011: $6,2 millones

Cuando Megan Duckett se mudó a Los Angeles desde Australia hace 21 años, ella tenía 19 y tenía grandes sueños de trabajar en la industria del entretenimiento. Comenzó a trabajar con un planificador de eventos y en su tiempo libre cosía en la mesa de su cocina, haciendo ropa de cama, cortinas y trajes.

Cuando le solicitaron crear los forros interiores para 10 ataúdes de decoración de un evento de Halloween, Duckett asumió el reto. “Ese fue uno de los momentos clave que me hicieron darme cuenta de que tenía un conjunto de habilidades que otros no tienen”, dice ella.

En 1996, Duckett estaba ganando más dinero cosiendo que el salario de $45,000 de su trabajo de tiempo completo en la empresa de organización de eventos. Renunció y alquiló un almacén de 800 metros cuadrados, contrató a tres costureras y generó US $ 80.000 en ingresos el primer año.

Hace cuatro años, Duckett se diversificó ofreciendo la opción de alquilar cortinas y otros accesorios en lugar de comprarlos y para 2011 su compañía produjo $ 5 millones en ventas, además de los $ 1.2 millones generados por su segundo negocio Rent What? (Arrendar qué?). Hoy tiene 44 empleados en ambos negocios.

¿Crees que puedes transformar tu afición en un negocio? Antes de lanzarte te recomiendo que leas el post ¿Tienes un pequeño negocio o un gran hobbie? publicado también en entrepreneur.com.

Es cierto que por cada ejemplo de éxito hay cientos de casos anónimos de fracaso, pero el hecho de que tu idea de negocio se base en una afición incrementa notablemente tus probabilidades de éxito, porque vas a disfrutar mucho más en el proceso de creación y desarollo. Además, la pasión que se pone en un proyecto es un elemento diferencial y qué mejor que una afición o hobbie para asegurar este elemento diferencial.